Inmunoterapia

La inmunoterapia o el término más familiar “vacunas de alergia”, es la administración gradual de una sustancia alérgica en cantidades crecientes al paciente durante varios años. Este proceso conduce a la reducción de los síntomas que pueden presentarse después de la exposición al alérgeno.

La producción de anticuerpos protectores (similares a los que se producen en respuesta a la inyección de tétanos) pueden jugar un papel en los resultados benéficos del tratamiento de inyección de alérgeno. También hay cambios que ocurren en el sistema inmune celular que regula la alergia.

  • Administración

Las inyecciones de alergia se dan en varias concentraciones de los extractos alergénicos. La primera inyección consiste en una cantidad pequeña de la menor concentración del extracto. Cada semana el paciente recibe un extracto alergénico un poco más concentrado. La cifra a la cual puede aumentarse esta concentración puede depender del grado de sensibilidad del paciente.

Usualmente un paciente puede alcanzar la dosis máxima o de mantenimiento a los 4 a 6 meses del inicio de las inyecciones. La dosis de mantenimiento se aplica cada una o dos semanas inicialmente y después el intervalo puede ampliarse a cada tres a cuatro semanas en la mayoría de los pacientes. (Los pacientes deben recibir sus inyecciones de un modo regular para que su efecto le sea beneficioso). Generalmente los pacientes reciben inyecciones durante tres a cinco años.

  • Beneficios

Se prefiere usualmente la inmunoterapia cuando los síntomas alérgicos son de moderados a graves, ocurren más de dos a tres meses cada año, no han respondido bien a los medicamentos que pueden ser tolerados por el paciente, y son ocasionados por un alérgeno difícil de evitar.

Por ejemplo, un individuo alérgico al pasto y ambrosía puede tener síntomas de intolerancia durante los meses de verano. Es imposible evitarlos, por lo menos resulta poco práctico, aunque el aire acondicionado ayuda a reducir la exposición de pólenes intramuros. Los medicamentos son frecuentemente muy útiles, pero algunos pacientes se dan cuenta que aquellos que mejor funcionan pueden causar somnolencia o no ser tan efectivos.

Se espera que la inmunoterapia con pastos y alérgenos de ambrosía dé un alivio importante en cuatro de cada cinco pacientes. Otros alérgenos de los cuales es dable esperar buenos resultados clínicos incluyen pólenes de árboles y ácaros del polvo. Los extractos de hongos se usan frecuentemente para inmunoterapia, pero no existe mucha información acerca del índice de éxito. Ya que se ha encontrado que los ácaros son la causa principal de la alergia al polvo casero, el uso de extractos del polvo casero ha disminuido.

  • Efectos Secundarios Potenciales

Los problemas del tratamiento con inyección de alérgenos incluyen la inconveniencia y la posibilidad de reacciones. Varios pacientes desarrollan hinchazón en el sitio de la inyección; cuando éstas son grandes, se les llama “reacciones locales”. Estas se controlan muy bien con antihistamínicos, hielo y elevación. Las reacciones sistémicas o no localizadas son las serias, el paciente tiene que esperar en el consultorio de 20 a 30 minutos después de cada inyección.

Los síntomas de una reacción pueden incluir estornudos, descarga nasal acuosa, comezón en los ojos, hinchazón en la garganta, sibilancias o una sensación de tórax cerrado, mareos o pérdida del estado de conciencia. Estas reacciones ocurren una vez de cada 200-500 inyecciones. Se han reportado muertes después de reacciones sistémicas graves, aunque son poco comunes.

En general, la inmunoterapia puede dar alivio a muchos alérgicos.