Infecciones Recurrentes

Vivimos en un mar de gérmenes y todos contraemos infecciones por lo menos de vez en cuando. Sin embargo, algunas personas contraen infecciones recurrentes. Por ejemplo, Luisa R., de dos años de edad, ha tenido ocho infecciones del oído cada año de su vida. Manuel G., de 32 años, necesita antibióticos seis a ocho veces al año para tratar sinusitis y bronquitis. Tanto Luisa como Manuel tienen problemas con el exceso de infecciones. Probablemente hay una explicación para cada una de sus infecciones recurrentes. Cuando un especialista en alergias o inmunólogo considera a un paciente con problemas de infección, las preguntas importantes que deben responderse son: ¿Cuántas infecciones está sufriendo el paciente? ¿Qué tipo de infecciones son? ¿Qué puede hacerse para prevenirlas?

¿Qué Causa la Infección?
La infección ocurre cuando un germen causante de enfermedades invade el cuerpo. La invasión por parte del microbio (virus, bacteria u hongo) depende de contraer el germen (exposición) y de la capacidad de la persona para infectarse (susceptibilidad). La exposición es algo que las abuelas advierten al decir que hay que alejarse de Juanito porque está enfermo. Las personas que trabajan en contacto con mucha gente, como los maestros de escuelas primarias o los vendedores, tienen más posibilidades de infección que otras personas, como los operadores telefónicos, que no tienen mucho contacto con gran número de personas. Cuando uno se detiene a pensarlo, es bastante fácil analizar la exposición: los niños en jardines infantiles con grupos grandes, los padres de niños pequeños, los acomodadores de cines y cajeros de supermercado se ven expuestos constantemente a gérmenes causantes de enfermedades.

Evaluar la susceptibilidad a la infección es más complicado. Todos somos susceptibles a infecciones provenientes de miles de gérmenes distintos. El propósito del sistema inmunitario es prevenir infecciones al reconocer gérmenes y combatirlos antes de que puedan causar infecciones. El sistema inmunitario tiene la habilidad exclusiva de aprender a reconocer la apariencia de un germen y recordarla siempre.

Algunas familias de gérmenes tienen apariencias tan similares que cuando su sistema inmunitario aprende a reconocer a un miembro de la familia, le protege contra la infección de cualquier miembro de esa familia. Otras familias de gérmenes son tan distintas que el sistema inmunitario debe aprender cada apariencia individualmente. Una vez que su sistema inmunitario ha aprendido a reconocer la apariencia de un germen en particular, usted ya no es susceptible a infecciones causadas por él.

Un sistema inmunitario de funcionamiento normal no es el único factor para determinar la susceptibilidad a las infecciones. La primera línea de defensa contra la infección está ubicada donde el cuerpo tiene contacto con el resto del mundo; es decir, la piel y el revestimiento del sistema respiratorio, las membranas mucosas. Es obvio que un corte en la mano es más propenso a infecciones que la piel intacta. En forma similar, la irritación, inflamación y lesión de las membranas mucosas que cubren la nariz, senos y pulmones proporcionan un terreno fértil para los gérmenes causantes de enfermedades. Las alergias al polvo, polen y moho son una causa muy común de lesiones a las membranas mucosas que pueden aumentar la susceptibilidad a las infecciones.

¿Cuántas infecciones se consideran demasiadas? Antes de poder responder a esta pregunta, debemos verificar que lo que llamamos “infección” lo sea realmente. Mucha gente confunde la alergia nasal (rinitis alérgica), que causa congestión, picazón nasal y nariz que gotea y que dura semanas, con un resfriado o infección de los senos nasales. Su especialista en alergias o inmunólogo es la mejor persona para ayudarle a diferenciar alergias de infecciones. Una vez que se elimine la posibilidad de alergia, debemos considerar cuáles infecciones reflejan una alta exposición a otras personas infectadas y cuáles infecciones son señales de advertencia de que puede haber mayor susceptibilidad debido a un problema del sistema inmunológico llamado inmunodeficiencia.

  • Infecciones Comunes

Las infecciones más comunes son las infecciones virales de las vías respiratorias: los resfriados. El niño típico en edad pre-escolar o de escuela primaria contrae entre 6 y 12 resfriados al año. Típicamente, los síntomas de resfriado duran 5 a 10 días. Si un niño contrae 12 resfriados al año, cada uno de 10 días de duración, puede parecer que está enfermo la mitad del tiempo, porque lo está. Estas infecciones, no obstante, son el resultado del contacto cercano de los niños pequeños con otros niños infectados y el hecho de que sus sistemas inmunológicos son relativamente inmaduros. Una vez que el sistema inmunológico de un niño aprende a reconocer la apariencia de muchos de los gérmenes que causan infecciones de las vías respiratorias, el niño contraerá infecciones con mucho menor frecuencia. La inflamación de la garganta también es una “enfermedad social” que los niños y adultos contraen porque están en contacto estrecho con personas infectadas. Si bien no se entiende completamente la razón por la cual algunas personas sufren de inflamación de la garganta con mucha frecuencia, sabemos que la inflamación de la garganta recurrente es rara vez una indicación de inmunodeficiencia.

¿Qué tipos de infecciones deben preocuparnos? Más comúnmente, las personas con inmunodeficiencia contraen los mismos tipos de infecciones que la gente normal: infecciones del oído, sinusitis y neumonía, pero las infecciones ocurren con mayor frecuencia, a menudo son más fuertes y con mayor riesgo de complicaciones. Los pacientes con inmunodeficiencias más que otras personas pueden desarrollar infecciones dentro del cuerpo, por ejemplo, en los huesos, las articulaciones, el hígado, el corazón o el cerebro. Algunas formas de inmunodeficiencia causan en el paciente susceptibilidad a infecciones de hongos u otras infecciones fuera de lo común. En la mayoría de los casos, la frecuencia de la infección es el aspecto más importante pero, a veces, es suficiente para necesitar una evaluación inmunológica

  • Inmunodeficiencia

Bueno, ¿cuántas infecciones se consideran demasiadas? Los especialistas en alergias o inmunólogos a menudo usan la frecuencia del uso de antibióticos para marcar la aparición de infecciones frecuentes. Los niños mayores y adultos con sistemas inmunológicos sanos rara vez requieren tratamiento con antibióticos. Sin embargo, por las razones mencionadas anteriormente, muchos niños pequeños reciben varias sesiones de terapia antibiótica cada año. Las pautas generales para determinar si un paciente está sufriendo demasiadas infecciones a las vías respiratorias son:

  • La necesidad de más de cuatro sesiones de tratamiento antibiótico al año;
  • La ocurrencia de más de ocho nuevas infecciones del oído en un año;
  • El desarrollo de neumonía dos veces al año;
  • La ocurrencia de más de cuatro episodios de sinusitis en un año;
  • La necesidad de antibióticos intravenosos para tratar la infección.
  • Dos o más de los tipos de infecciones internas mencionados anteriormente, o una infección interna en un paciente con infecciones recurrentes de las vías respiratorias es demasiado e indica la necesidad de una evaluación de inmunodeficiencia. Si bien los bebés son más susceptibles a contraer infecciones de las vías respiratorias que los pacientes mayores, es especialmente importante controlar la infección en bebés y niños pequeños porque las inmunodeficiencias más serias por lo general se evidencian durante los primeros años de vida. La infección Cándida persistente (de hongos) en la boca o la piel, la diarrea prolongada o la tos persistente son síntomas que sugieren la necesidad de mayor evaluación médica. Siempre que un médico de atención primaria considere que las infecciones de un paciente exceden lo normal, un especialista en inmunología debe realizar una evaluación de inmunodeficiencia.

    Las formas más comunes de inmunodeficiencia son defectos en la capacidad del paciente para producir proteínas sanguíneas llamadas anticuerpos. Los anticuerpos son proteínas que se unen a los gérmenes para ayudar al cuerpo a eliminarlos. El número de anticuerpos que está produciendo un paciente puede medirse con simples exámenes de sangre. Para evaluar totalmente el sistema de anticuerpos, su médico puede decidir medir una respuesta de anticuerpos específica inmunizándole con una vacuna y tomando un examen de sangre tres o cuatro semanas después. Otras formas de inmunodeficiencia pueden diagnosticarse mediante pruebas dérmicas o exámenes de sangre más sofisticados disponibles sólo a través de laboratorios especializados. Puesto que la alergia a menudo contribuye a la susceptibilidad hacia las infecciones, y muchos pacientes con inmunodeficiencias también sufren de alergias, las pruebas dérmicas de alergias pueden también formar parte de la evaluación.

    • ¿Qué Puede Hacerse Acerca de las Infecciones Recurrentes?

    Es clave el entendimiento de la base de la susceptibilidad anormal de una persona a la infección para minimizar las infecciones y los problemas que causan. El diagnóstico correcto de la susceptibilidad a las infecciones lleva a tratamientos que maximizan el potencial de crecimiento y desarrollo normal, y puede ayudar a prevenir la posibilidad de muerte prematura. Hay tratamientos específicos para muchos tipos de inmunodeficiencias. Por ejemplo, las formas más comunes de inmunodeficiencia son tratadas con infusiones de anticuerpos llamadas inmunoglobulinas intravenosas (IVIG). Su especialista en alergias o inmunólogo tiene experiencia en el uso de medidas de apoyo que ayudan a minimizar la infección y aceleran la recuperación. La mayoría de los pacientes con inmunodeficiencia pueden llevar vidas normales, activas y productivas con la asistencia de un médico calificado que pueda ayudarles a controlar su condición.