Asma y Alergias en Ancianos

Contrario a la creencia popular, los síntomas de enfermedades alérgicas, incluyendo asma, pueden aparecer por primera vez cuando las personas alcanzan edad para jubilarse. Un paciente que desarrolla síntomas de tórax tardíamente en la vida no necesariamente padece bronquitis crónica o enfisema, pero puede haber desarrollado una enfermedad obstructiva reversible de las vías respiratorias, p. ej.: asma.

La alergia en ancianos es similar a la alergia en adultos jóvenes. Aunque la aparición de alergias es menos frecuente en personas mayores de 60 años, el asma se puede desarrollar en cualquier momento. El asma puede ocurrir a cualquier edad y, en algunos casos, el asma que inicia en la vida adulta puede ser mas persistente y resistente a los medicamentos comunes.

También puede existir una gama más amplia de factores desencadenantes de ataques de asma en ancianos, y el asma alérgica es menos común. Las alergias frecuentemente causan síntomas nasales y oculares así como asma.

  • Los Cambios Requieren Ajustes

El aprender a afrontar la aparición de una enfermedad que altera la respiración normal y las actividades diarias puede ser difícil a cualquier edad, pero en un anciano los problemas pueden estar compuestos con otros cambios que requieren nuevos ajustes, tales como jubilación, cambio de residencia y recursos limitados. Se debe considerar el impacto económico y emocional del asma . Esto también requiere un entendimiento de la enfermedad y de cómo afecta a otras funciones del cuerpo.

Si una persona se jubila y cambia a un sitio nuevo con clima y plantas diferentes, es probable que en uno o dos años, el cuerpo de la persona responda a estos alérgenos nuevos con los típicos síntomas de alergia tales como estornudos, comezón de ojos y fluido de la nariz. Al principio uno puede sospechar un “catarro de verano”, pero si los síntomas se repiten frecuentemente y parecen no tener fin, el paciente debe considerar la posibilidad de alergias.

Alergias

Las alergias a alimentos no son muy comunes en ancianos y no se les debe culpar de síntomas tales como molestias estomacales o cambios en los hábitos intestinales hasta que otras causas más comunes sean evaluadas.

Los síntomas asociados con alergias a alimentos, tales como retortijones y diarrea, pueden ser causados por una variedad de otros mecanismos y no debe suponerse que sea una alergia aun en una persona que padezca otras alergias como fiebre de heno. Los síntomas gastrointestinales persistentes pueden indicar un problema mucho más serio y deberá ser evaluado por un médico.

La alergia a picaduras de insectos representa un peligro importante para los ancianos. Aunque los niños pueden perder espontáneamente la sensibilidad a insectos, esto parece no suceder en los adultos. La tensión adicional del corazón y sistema cardiovascular que ocurre con la edad puede hacer que las reacciones a las picaduras de insectos sean más peligrosas.

Los ancianos deben preocuparse cuando las alergias se presentan con otras enfermedades. Esto requiere una investigación cuidadosa por parte del especialista en alergias y su médico. Los pacientes pueden ayudar mucho en esta comunicación manteniendo informado al personal de salud acerca de los cambios en su condición.

  • El Manejo Requiere de Trabajo de Equipo

El manejo de las alergias y asma en el paciente anciano requiere el entendimiento y trabajo de equipo del alergólogo y el médico de cabecera. Estos individuos deben estar conscientes de los efectos de varios medicamentos así como de las posibilidades de interacciones entre medicamentos. Se le aconseja al paciente hacer una lista de TODOS los medicamentos y mostrarla a todos los médicos en cada visita.

Al envejecer, ciertas cosas cambian, y frecuentemente, los cambios de salud requieren de medicamentos adicionales. Algunos medicamentos, tal como los beta bloqueadores, que se usan frecuentemente para la hipertensión arterial y alteraciones cardíacas leves, pueden tener un efecto importante en el paciente con asma. Estos medicamentos pueden hacer más difícil el tratamiento de una reacción alérgica grave, aunque no aumentan la posibilidad de que ocurra una reacción alérgica.

  • Medicamentos

También puede diferir el modo de funcionar de los medicamentos en el cuerpo de los ancianos. Algunas veces es necesario usar diferentes formas del mismo medicamento debido a problemas no relacionados. La artritis coexistente, por ejemplo, puede hace difícil en un paciente asmático el uso de un inhalador de dosis medida activado manualmente. Para usarlo se necesitará un adaptador u otro inhalador que no se tenga que presionar con la mano.

Un nebulizador, el cual es empleado para administrar medicamento en aerosol, puede ser menos rígido para el anciano asmático y permitir que llegue más medicamento a las vías respiratorias. En otros casos, puede ser más fácil tragar una medicina líquida que una píldora si las dos son igualmente efectivas. Las dosis de medicamentos deberán algunas veces ser ajustadas debido a las diferencias en el metabolismo de los medicamentos en los ancianos o cambios en la sensibilidad de diversos órganos y sistemas. Además la cantidad de sueño que una persona tiene puede influir en la efectividad de los medicamentos. Los patrones de sueño pueden cambiar con la edad, y adicionalmente los medicamentos para el asma pueden afectar los patrones de sueño.

Aunque se espera que los adultos sepan la importancia de tomar un medicamento prescrito, la gente frecuentemente tiene la tendencia de tratar de minimizar la cantidad de medicamentos y evitar “poner químicos en el cuerpo”. El tomar muy poco o mucho de un medicamento prescrito puede empeorar el asma. Esto es especialmente importante si el médico hace ajustes en el medicamento, pero no sabe que el paciente no está tomando adecuadamente los medicamentos prescritos. Para minimizar la cantidad de medicamento requerido, es mejor para un paciente trabajar en equipo con el médico para asegurarse que todos entienden las metas del tratamiento, beneficios en potencia y riesgos.

  • Otros Tratamientos

Otros aspectos no-médicos de tratamiento pueden ayudar y deben ser explorados con la guía y conciencia del médico. Los fisioterapeutas, entre otros, pueden ayudar a los ancianos a mejorar en general los reflejos corporales, y se puede crear un programa de ejercicio seguro tomando en cuenta problemas coexistentes como osteoartritis, presión arterial alta o enfermedad del corazón.

Estableciendo metas terapéuticas razonables y trabajando en equipo con el personal de salud se puede ayudar al paciente anciano con alergias y asma a alcanzar el máximo beneficio del tratamiento, con mínimos efectos colaterales negativos. Un especialista en alergias calificado y el médico de cabecera trabajando en conjunto pueden administrar un cuidado médico óptimo al paciente anciano.